La mirada de las piedras

Sala 11 bis
El sentir escultórico de Antonio Chemor
 
Las esculturas de Antonio Chemor, a las que nos enfrentamos en esta exposición, hablan, pero también miran. Si no les devolvemos la mirada, si no nos damos el tiempo, si no les damos el tiempo de revelársenos, no sabremos qué es lo que nos dicen, o mejor dicho, qué espacio desplazan, de qué formas centrípetas y centrífugas se componen, cómo su configuración homenajea al espacio, a la figura humana, a los objetos, no repitiendo lo visible, como diría el poeta argentino Hugo Gola, sino sugiriéndolo.
 
Tenemos la infinitud del espacio tridimensional, nos movemos en él de manera natural, de forma casi inconsciente. El escultor es alguien que trabaja con ese espacio infinito ¿Cómo crea Chemor objetos, esculturas que introducen en un bloque de piedra de formato íntimo, la condensación (penetración y compenetración), de su experiencia-vivencia de la infinitud del espacio tridimensional? Lo crea gracias al trabajo ininterrumpido de los ojos, (expresión del pintor Max Beckmann) en dos sentidos: el primero, en la observación profunda de los objetos con los que el escultor convive en la vida cotidiana: la arquitectura, los objetos de cocina, las botellas, las plantas y árboles en la ciudad y en el campo, los frutos, los gatos y por supuesto, el cuerpo humano, y cómo todo ello, concreto, sinuoso, plano, curvo, recto, chueco, es único, particular y tiene la posibilidad de ser ensamblado, estructurado, compuesto, de manera ideal, como origen de una escultura. Por otra parte, ese trabajo ininterrumpido de los ojos se da directamente sobre la forma o la figura que la piedra encontrada ya posee, en el sentido de qué cortes hará Chemor en ella, qué huecos se perforarán, si ciertas formas quedarán con las texturas ‘de nacimiento’ de la piedra o se pulirán, y hasta qué punto se pulirán; ese diálogo entre un fragmento pulido y otro con la textura bruta, salvaje, de cada una de las formas, crea una metáfora en la cual el elemento no cultivado de la piedra conviviera o dialogara, de manera íntima, con la incidencia de las manos del escultor en ella, con la cultura, con lo pulimentado.
 
Las esculturas de Chemor casi siempre contienen formas geométricas sensibles (porque sus ángulos no son rectos ni totalmente planos) las cuales conviven con huecos profundos, pronunciados, irregulares, lo que hace que la luz entre y juegue entre ellos, en contraste con las formas plenas en las que claramente se indican los planos dominantes, de manera tal que la síntesis y el ideal escultórico del   menos es más, configuran la mayor parte de su obra.
 
Los títulos de sus obras, le dan pistas al espectador sobre la tradición en la cual el escultor se inserta, o con las obras escultóricas con las cuales sus esculturas dialogan: las Estelas, por ejemplo, fueron utilizadas magistralmente por escultores olmecas, mayas, zapotecas; el Yunque nos habla tanto de la herramienta del herrero como de los distintas esculturas de Eduardo Chillida llamadas Yunques de los sueños. A parte de Chillida, de Brancusi y de Wotruba, podríamos crear una lista de escultores que se hermanan con éstos, que pertenecen a una misma familia de artistas que se nutrieron de las grandes tradiciones escultóricas antiguas, principalmente mediterráneas y mesoamericanas.
Esta pista es fundamental, ya que nos habla de culturas y de escultores que creen que una escultura es un objeto tridimensional cargado de energía. Henri Gaudier-Brsezka, en su ensayo Vórtice, escribe: La energía escultórica es la montaña, el sentir escultórico es la apreciación de las masas en relación, la capacidad escultórica consiste en la definición de esas masas mediante planos. Estas tres ideas fundamentales de Brsezka, las encontramos en la obra escultórica de Antonio Chemor.
 
Luis M. Verdejo

Acerca de Antonio Chemor

Antonio Chemor (ciudad de México, 1952) realizó estudios en Ingeniería Química (Universidad Iberoamericana 1972-73), Ciencias Sociales (Instituto Tecnológico Autónomo de México, 1973-77) y Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM, 1977-1982). De 1977-1979 trabaja como investigador en la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. De 1983 a la fecha maneja una empresa especializada en tratamientos electroquímicos de metales y plásticos. Comienza a trabajar para otros escultores en la experimentación de técnicas y fórmulas químicas de pátinas para esculturas de metal. Incursionar de manera autodidacta en el dibujo, el modelado en barro, resinas epóxicas, látex y talla en piedra. Estudia grabado en metal. Monta y organiza en su casa-taller de Mixcoac la galería Los Talleres de Mixcoac.
http://www.artehoy.com.mx/paginas/AntonioChemor.php

-Antonio Chemor