Es a partir de lo impredecible, de un accidente en el estado primigenio de la memoria que se abre un portal, un atajo en la curvatura del tiempo-espacio por donde el espíritu transita hacia un mundo alterno de complejas e inteligentes composiciones en donde se cumple lo dicho por Kandinsky: “la promesa de la libertad creativa absoluta.”
Guiado por su espíritu de voluntad inquebrantable, una constante búsqueda de matices armónicos que determinan la unidad y la pericia adquirida con la práctica durante su larga e interesante trayectoria dentro de las artes plásticas, Francisco Barajas rompe el caos y crea todo un universo bien estructurado de formas geométricas metafóricas, de colores profundos, dinámicos y planos espaciales superpuestos sobre el cosmos de múltiples probabilidades del lienzo.
Los trazos dinámicos realizados por el pintor cobran vida en cada pincelada: fragmentos de texturas color naranja vibran y sostienen a los cálidos ocres, palidecen los amarillos en golpes de luz que definen esculturas vivientes dentro del cuadro “los juegos bajo el sol”. Los azules, negros y blancos se fusionan al lienzo en “persistencia de la memoria”. Aportan fuerza los marrones intensos ante los planos cortados e interrumpidos del predominante blanco en “la forma del caos”. Se entrecruzan las finas líneas que el artista ha dibujado hábilmente en blanco y negro por debajo o encima de la mirada en “escritura automática”.
Francisco Barajas conforma en su obra, con un estilo por demás definido, una nueva manera de percibir el mundo a través del color y la composición, un mundo misterioso y profundo, que habita en el interior de cada ser, sin perder el que nos rodea. Universos que se fusionan y nos observan a través de la obra con la que más nos identificamos.
Sólo entonces; sin pensar, con la mirada prendida al lienzo y la imaginación dispuesta, el caos va tomando forma de lo que se nos es revelado en la intimidad y te reconoces como parte integral del Universo Barajas.
ZM Abreu B
Abril 2018