Arias Murueta, una trayectoria de 50 años

Salas 9,10 y 11
Arias Murueta, una trayectoria de 50 años
 
Doblemente paradójica es la misión de la pintura: convocar una imagen que trascienda lo eminentemente visual para sumergirse en las profundidades de lo que ha dejado de estar ahí, de aquello que apenas vislumbramos huir, de lo intrínsecamente fugaz, y, al mismo tiempo, apoyarse en sus propios medios visuales, plásticos, formas fundadas en la línea y el color conjurando el volumen, el espacio convocando como manifestación expresa de una ilusión que debe luchar contra la bidimensional del soporte pictórico, del lienzo, de la tabla, del cartón, del papel –el largo y el ancho de la superficie impoluta que debe ser poblada.
 
Este combate obliga al pintor a enfrentarse con el torbellino de las ideas y, una vez que lo ideal se apodera del imaginario (lo cual no podemos evocar sin la guía esclarecedora del gran Platón, si queremos literalmente enfrentarlo como lo hizo Buonarotti), reclama sus raíces matéricas, su naturaleza naturante, sus bases minerales, sus elementos químicos y altísima artesanía para devolver al pintor al humilde manejo de sus medios manuales, como un recordatorio de que el camino del espíritu es un sendero empedrado, terrestre, polvoso, agreste y arduo. No tengo la menor duda de que lo pictórico –como todas las actividades artísticas–, comunicante de la Poiesis, debe, tarde o temprano, encontrarse con el espíritu; mas el espíritu, como nuestro propio ser, está, aquí y por ahora, enraizado en la materia y es ahí donde debe ser develado, descubierto, puesto en evidencia.
 
Artesanal y mística, escalera y catapulta, salto e inmersión, donde todas las características espaciales pueden ser revertidas y las metáforas son finalmente construidas sobre lo mineral y naturalmente entrañable (en doble sentido terrestre y emocional), la pintura es la poesía del silencio. Del alma del pintor al alma del espectador, a través de los ojos. Alquimia visual que aguarda el reconocimiento de quien la encuentre, de aquel que reconozca la imagen convocada por su semejante. Y así se pone en movimiento. No es otra cosa la dinámica del arte, simple comunicación de lo que sólo puede ser dicho así, con los medios específicos que le han sido otorgados. En el caso de la pintura: punto, línea, plano, color, textura, volumen, espacio, movimiento… haciendo posible que aparezca algo más: la visión del mundo; la historia personal; la reverberación de la vida emocional de una persona con su carga de placer y dolor, de asombro y afirmación, de interrogación y misterio.
 
En la pintura de Arias Murueta se percibe un combate con el espacio y el tiempo. Sus imágenes, cimentadas en lo eminentemente pictórico, trabajadas con la sensualidad del amor, convocan un espacio que indica su tiempo. Mejor dicho, estas imágenes luchan por desdecir su tiempo, están en fuga, se van conjuntamente con todo lo nuestro. Alguna vez se formaron y ahora se están desdiciendo, están huyendo. Y es esta situación dinámica su principal cualidad. Es evidente que Arias Murueta persigue con indudable maestría lo verdaderamente inalcanzable, lo que ha dejado de ser cuando pensamos en ello: el instante presente. En la superficie imantada de lo pictórico, Arias Murueta construye un conjunto espacio-temporal: planos-formas (personajes desdiciéndose en giro continuo), veladuras-destellos, pinceladas pendientes del punto de fuga –el ícono resultante es un dínamo que enarbola la consigna de la hora fugitiva. Y en ella, con ella, humos nosotros.
 
Mariano Rivera Velázquez

Acerca de Gustavo Arias Murueta

Gustavo Arias Murueta (ciudad de México, 1923) es un destacado artista plástico, grabador, escultor y poeta. Es considerado uno de los grandes pintores mexicanos del Arte Contemporáneo. Estudia arquitectura e inicia su trayectoria estética en 1960. Fue amigo cercano de: David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo.
En 1974 crea el Centro Experimental de Arte Gráfico, organismo que desde entonces promueve el desarrollo del arte mexicano. Es un incansable promotor del arte mexicano, desarrolla importantes proyectos y exposiciones. Además siempre se ha preocupado por apoyar tanto a su país como a su gente, realizando múltiples donaciones a instituciones de beneficencia.
La obra del Maestro Arias Murueta es parte importante de colecciones de museos del país y el extranjero. Ha recibido importantes premios y distinciones

-Gustavo Arias Murueta