Dejarme seducir por la manufactura del papel por tantos años, me ha permitido descubrir todo un mundo fascinante de inagotable desarrollo.
El papel siempre ha sido contenido por una base y cubierta como protección. En los últimos años ésta protección ha sido eliminada de mi obra, al encontrar que la materia ligera y dúctil permite dejarse en libertad para buscar su lugar en el espacio.
La obra pide ser flotada, volverse etérea y presente a la vez como pensamiento, sueño, música, en un espacio sin fronteras.
De esta manera abordo la idea de dejar la obra tridimensional libre de soporte y cubierta; sólo suspendida, pendiendo de hilos muy finos.
Entro en la búsqueda del movimiento real en la escultura, junto con su efecto de luz y sombra, un caleidoscopio de formas y danza. Como decía Brancusi: “La danza es el arte escénico más cercano a la escultura”, y con la idea de un objeto flotado- no soportado, Calder, ya en 1932, había empezado a crear obras colgantes activadas únicamente por el aire: sus “Móviles”.
Así, logro la fluctuación natural de la obra mediante la circulación del aire, proyectando su estructura tridimensional a través de diversas piezas móviles con las transparencias y densidades propias del papel elaborado a mano.
La materia, sus cualidades inherentes, su origen, se conjugan; surgen formas vivas que evocan el espíritu o los espíritus de la vida, la naturaleza en movimiento.
Por último, me avoco a explorar los matices y variaciones de una misma obra, al transformarse en el trayecto de su propio movimiento, para concebir un escenario donde transitar, moverse y contemplar la tridimensionalidad cambiante que oscila ligera, en una realidad ausente de silencios.
Pia Seiersen Lorenzana