García Ponce, actual 25 años después

García Ponce, actual 25 años después

“Ese cuadró que ves ahí, tiene más de 40 años que fue hecho, podrías jurar que fue hecho ayer, dice Carlos García Ponce, hermano del artista fallecido en 1987 y coordinador general del Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY) cuando habla de la exposición titulada Fernando García Ponce, actual, presente contemporáneo 25 años después, que abrirá mañana al público en el Instituto Cultural Cabañas.

Con 65 piezas repartidas cronológicamente en tres salas -12 de gráfica y 53 de pintura- se podrá observar buena parte de la obra de García Ponce (1933-1987), representante de la generación de La Ruptura, contemporáneo de Vicente Rojo, José Luis Cuevas, por ejemplo. Desde su primer cuadro que data de 1951, cuando el yucateco ejercía la pintura como un pasatiempo, y hasta 1987, cuando se expresaba a través de collages. El acervo de Galería Ponce, en la Ciudad de México, está compuesto por aproximadamente de 120 piezas. La muestra fue montada el año pasado en el Museo de Arte Moderno, en el DF.

Diferentes textos en las paredes del recinto ofrecen una postura ante la obra de García Ponce. Óscar Olea escribió que “Fernando García Ponce es un pintor abstracto y como todos ellos un solitario que ha roto con la realidad y se propone la tarea de re-crear una sensibilidad vuelta sobre sí misma, para recoger lo que adentro de nosotros no tiene nombre, ni continuidad, ni elementos, y sin embargo, es un trabajo que actúa sobre la realidad para transformarla y no un accidente desprovisto de propósitos”.

La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Daniel Garza Usabiaga, quien trabajó con el concepto de la construcción del arte de Fernando García Ponce. Carlos García Ponce afirma que la importancia de la muestra es que, a 25 años de la muerte del pintor, su trabajo sigue actual, presente y contemporáneo.

“Fernando tuvo tres etapas dentro de su pintura: empieza siendo un pintor realista, retratista y básicamente sus temas eran el paisaje. Luego tiene una corta etapa en la cual trabaja el cubismo; sin embargo, no es la técnica del cubismo que desfigura, sino que él trabajó el cubismo sobreponiendo, a través de transparencia, la figura. Pone una figura y encima le pone la misma figura.”

Fuente de agua viva

En los años sesenta, García Ponce, hernano de Juan, el escritor, también ya fallecido, entró de lleno a la pintura abstracta. Uno de los cuadros que dan fe por esta elección se encuentra en la primera sala de exposición. Es un acrílico sobre tela, realizado en 1961.

Su primera exposición se llevó a cabo en el año de 1959, en la Galería de Arte Mexicano, con 26 óleos de naturaleza muerta. En 1960 realizó una composición abstracta sin título y para 1963 ya era un pintor totalmente abstracto.

“Yo calculo que la decisión de Fernando de entrar a la figura abstracta es que lo que quiere reflejar permanentemente es eso que dice ahí: ‘El arte es como una fuente de agua viva, su gran valor consiste en que permite la introspección y nos salva un poco de ser devorados por el sistema atroz y absurdo en que vivimos’. Yo creo que el problema de Fernando y lo que quiere dar en su lenguaje artístico es precisamente el caos en el cual vive él y vive el mundo.”

Para demostrar el caos, la única fórmula con la que contó el pintor fue la unión de la forma y el color, dejando a un lado a la figura. Dentro de lo abstracto, García Ponce trabajó el abstraccionismo geométrico y el orgánico. En los años setenta introdujo el collage en su obra.

“Empieza a pegar cosas. Esporádicamente ves obras en las cuales de repente ves un cacho de periódico como parte de la composición. Su gran paso siguiente, es en los ochenta, donde ya definitivamente su expresión artística fue el collage.”

Abstraccionismo orgánico

“Pegaba un cuadro reproducido de Siqueiros y luego le ponía una tacha, y luego ponía el edificio del Museo de Antropología y lo borroneaba. Ahí estaba dando el mensaje de su contorno, estaba dando el mensaje de su pensamiento. Esa es la gran aportación de Fernando a la pintura mexicana.”

Su hermano Carlos señala que Fernando aportó a la plástica mexicana su gran expresión en el abstraccionismo orgánico y, de forma “arrasante”, su trabajo con el collage. Agrega que, gracias al trabajo de museografía, será muy fácil para los visitantes apreciar los cambios en el trabajo del artista plástico.

La exposición finaliza el 1º de septiembre.

Representante de La Ruptura

Fernando García Ponce pertenece a la generación de finales de los años cincuenta llamada la “Generación de la Ruptura”, ya que su propuesta marcaba una total distancia con la Escuela Mexicana. Así, expresiones como el geometrísmo, la abstracción, el informalismo, el neo figurativo, que eran expresiones artísticas casi vedadas en los años sesenta, comenzaron a dominar la escena artística.

Nació el 25 de agosto de 1933 en Mérida, Yucatán. Al cumplir 11 años su familia se establece en la capital del país. En 1952 ingresa a la Universidad Nacional Autónoma de México para cursar Arquitectura; además acude al taller del pintor valenciano Enrique Climent, quien reconoció su talento y a pesar de no dedicarse a la docencia decide convertirse en su maestro.

Sus primeros cuadros datan de 1954, son retratos familiares; dos años más tarde, la geometría aumenta significativamente en sus obras. En 1957 hace diferentes viajes a Europa y toma la decisión de dejar la Arquitectura para dedicarse por completo a la pintura.

Su primera exposición individual fue en la Galería de Arte Mexicano (1959), con 26 óleos de naturaleza muerta; en 1960 realiza una composición abstracta intitulada “No. 1”, parteaguas que marca definitivamente su obra. Con una serie de collages se hace acreedor a una mención honorífica en el Salón de la Plástica Mexicana.

García Ponce participa nuevamente en la Galería de Arte Mexicano y en la Colectiva de Pintura Contemporánea de México y América del Sur (1961). A dos años de distancia su pintura ya es totalmente abstracta y expone 14 obras en la Galería Juan Martín.

También participa en la Colectiva de Arte Actual de América y España, en Madrid. Para 1974 su pintura revela la voluntad de sintetizar el frío ordenamiento geométrico.

En 1976 viaja junto con su esposa Denise y su hijo Esteban a París, posteriormente pasan una temporada en Barcelona, donde realiza dos carpetas gráficas que contiene 10 serigrafías y 12 litografías.

A su regreso a México el Museo de Arte Moderno (1978) organiza una gran exposición de 40 obras. A un año de este suceso, su esposa fallece trágicamente, sin embargo, él se mantiene concentrado y su creatividad sigue intacta; la pintura de esos años es potente y sumamente inspirada.

A los 54 años y considerado uno de los artistas más importantes de la plástica nacional, García Ponce fallece en su taller (11 de julio de 1987) de un infarto al miocardio.

Texto tomado de www.fernandogarciaponce.com

Fuentes: El Informador