Exposiciones Temporales en el MACAY: Reseñas de la experiencia

Exposiciones Temporales en el MACAY: Reseñas de la experiencia

A finales del mes de enero, el Museo Fernando García Ponce-MACAY inauguró su ciclo de exposiciones Enero-Marzo. Estas exposiciones temporales reúnen el trabajo de 6 artistas con visiones y formas distintas de expresión: Renata Gerlero, Selma Guisande, Jaime Barrera, Otto Bauerle, Jesús Guerrero y Héctor de Anda.

La lista de artistas seleccionados de este ciclo temporal de arte moderno es ecléctica, pero interesante y como tal, no pudimos perdernos la oportunidad de asistir a la inauguración de dichas exposiciones.

Sin embargo, asistir a una exposición artística durante su inauguración es una experiencia totalmente distinta a recorrerla cualquier otro día. Una vez que el glamour, el vino, el murmullo de los asistentes y la curiosidad de los medios se han ido, las salas se vuelven más silenciosas y menos concurridas, dando al público la oportunidad de ver y analizar detenidamente la obra de un artista.

Decidimos vivir las exposiciones temporales del MACAY en estas dos maneras: en la noche de inauguración y en la de un día normal de semana, todo para poder llegar a conclusiones concretas que pudieran ser plasmadas claramente en Chinampass.

Las exposiciones pueden ser visitadas en continuidad, una detrás de otra. Sin embargo, nos fue difícil encontrar un hilo conductor entre las propuestas de estos 6 artistas por lo que en vez de analizar las exposiciones temporales como un todo, decidimos tratarlas como productos individuales.

Tiempos Líquidos

La primera exposición pertenece a Renata Gerlero, quien presentó Tiempos Líquidos; una serie de trabajos en la que el grabado es utilizado para captar el fluir del agua y sus reflejos de luz.

Con gran técnica, la artista plasmó con papel y tinta, uno de los placeres de sentarse a contemplar el movimiento del agua: los reflejos de la luz del sol y la luna sobre los cuerpos acuíferos. Las distintas piezas contenidas en Tiempos Líquidos exploran diferentes tipos de luces y reflejos, aprovechando los contrastes entre blanco y negro. El fluir del agua y los efectos de la luz sobre esta, son dos elementos bellos por sí mismos y la artista logra capturarlos de manera eficaz, plasmando su belleza con ayuda de la tinta.

El trabajo de Gerlero en Tiempos Líquidos muestra obras de gran calidad técnica y estética que transmiten efectivamente un sentimiento de paz. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, la exposición falla en provocar sentimientos y reflexiones más profundas que conviertan la contemplación de las obras en una verdadera experiencia sensorial. La propuesta es elegante, pero carece de la fuerza necesaria para crear un impacto real en el espectador.

Las piezas por sí mismas son muy estéticas, pero no cuentan con características sólidas que las conviertan en una propuesta distinta y poderosa, especialmente si es comparado con otras obras artísticas que utilizan el mismo medio de expresión. Sin embargo, estamos seguros de que Tiempos Líquidos podría ser una exposición que agrade a más de uno e invitamos al lector a visitarla durante los días restantes de Febrero y el mes de Marzo.

Dibujo habitado

Dibujo Habitado es la exposición que contiene el trabajo plástico de Selma Guisande. La artista presentó obras que, junto a la exposición de Futuro Próximo / Pasado Remoto, es quizás una de las obras más propositivas y complejas de las exposiciones temporales en el MACAY.

Guisande hizo uso de material fuera de lo común para presentar el denominado Diario Orgánico: su propio cabello. La artista recolectó el cabello que perdía todos los días, durante 365 días, y lo pegó en papel. De longitudes diferentes, creando figuras sin lógica aparente y dando la impresión, a primera vista, de ser líneas y dibujos hechos a lápiz. Diario Orgánico es una obra que captura a primera instancia, que engancha la curiosidad, especialmente si la exposición es visitada por primera vez

Después de analizar con fascinación las formas contenidas en el Diario Orgánico, es inevitable voltear hacia las piezas de material regados por el piso de la sala o la gran piedra que reposa sobre una mesa de madera con una serie de instrumentos que aguardan a ser utilizados. Al fondo de esta instalación, podemos ver un vídeo que nos muestra en repetición infinita la destrucción de la fachada de una casa. Nuestro cerebro crea la relación obvia entre el vídeo y el material cuidadosamente colocado en el piso de la sala: las piezas son restos de esta fachada demolida.

A través de Diario Orgánico, la video-instalación Polvo Rojo y otras obras en las que la artista utiliza hilos y clavos, Guisande nos obliga a reflexionar sobre la importancia de las piezas de un todo. Cada parte es indispensable para un todo: cada cabello, cada piedra, cada hilo son parte esencial de algo más grande que ellos mismos. Es imposible no pensar en la importancia del individuo y en la grandeza que puede ser alcanzada al ser parte de una comunidad.

Dibujo Habitado es una obra en la que la artista se abre con el el visitante; deja en su propuesta gran parte de ella misma e invita a participar, a intervenir su obra a través de los utensilios colocados sobre una mesa. Al acercarnos a la gran pieza que vemos al centro de la sala, podemos ver las huellas de un trabajo que ha sido forjado no solo por la artista, sino por todos los visitantes de la exposición: cada fractura, cada golpe sobre la piedra la moldearán y crearán un todo totalmente distinto. Nuevamente, la importancia de las piezas en algo más grande que ellas se nos revela.

Como comentamos al inicio, la obra de esta artista es probablemente una de las más propositivas dentro de las exposiciones temporales. Sin embargo, nuestras visitas contrastaron en detalles que nos gustaría mencionar: durante la inauguración, la artista invitó a los asistentes a intervenir su obra a través de cinceles y martillos. Así mismo, se podía transitar a través de las piezas de material distribuidas en el piso de la sala y acercarse a la proyección del vídeo-instalación para mejor análisis.

Durante nuestra segunda visita a la exposición, en un día de actividad usual en el MACAY, la experiencia en Dibujo Habitado cambió totalmente. Se nos indicó que no era posible moverse a través de las piezas, ni acercarse a la vídeo-instalación, a pesar de que la disposición de la obra no estaba correctamente delimitada ni señalada.Tampoco existió una invitación clara a intervenir la obra de Guisande, por lo que muchos visitantes abandonaron la sala sin saber que podían interactuar con la instalación.

Polvo Rojo que en una primera instancia era una instalación que nos invitaba a ser parte de ella y, que generó una interacción muy distinta a otras exposiciones en las que el visitante únicamente puede contemplar, de pronto se hizo distante y ajena. Asimismo, la curaduría de la instalación imposibilita saber que la obra debe ser contemplada a distancia. Al no existir señalamiento adecuado, el visitante transita a través de las piezas, exponiéndose a una llamada de atención por parte del staff de la sala.

Por otro lado, la ubicación discreta del vídeo logra que pase desapercibido para muchos visitantes, quienes no pueden construir una explicación y experiencia clara con la obra de Guisande. De esta manera, la fuerza que la exposición tuvo durante la noche inauguración se debilitó en una segunda visita. Sin embargo, dichos incidentes están relacionados con la logística y no con la obra en sí misma.

A pesar de esto, Dibujo Habitado es una excelente exposición que invita al visitante a pensar y a analizar. Sin duda una de las exposiciones recomendadas dentro de este ciclo.

Atmósferas y Vapores

Sin embargo, hemos de admitir que nuestras piezas favoritas han sido las obras que rinden homenaje a Pablo Neruda y Astor Piazzolla. Rompiendo totalmente con el tema central de la exposición, dichas producciones muestran una combinación de colores vaporosos, acompañados por fragmentos de los trabajos de cada uno de ellos. A diferencia de la serie de atmósferas, los homenajes realizados por el pintor muestran claramente y sin abstracción, la admiración, el respeto y los sentimientos nobles generados por la música y poesía de estos artistas en Jaime Barrera. La honestidad de la propuesta en estos homenajes es una de nuestras características favoritas. No existe una pretensión más allá de la de crear un homenaje, un regalo a artistas que han inspirado y calado en la vida personal y profesional del pintor.

Atmósferas y Vapores es una exposición compleja y que en definitiva no es para todos los gustos. El trabajo de abstracción hace de cada obra, una pieza para la cual es necesaria un importante grado de análisis y deconstrucción. Sin embargo, sabemos que entre los lectores podremos encontrar gustos variados por el arte contemporáneo. Si este es tu caso, te invitamos a visitar la sala 10 del MACAY para conocer la propuesta de Barrera.

La sala contigua a la exposición de Selma Guisande, nos muestra la propuesta pictórica de Jaime Barrera, artista yucateco con larga trayectoria. La exposición de Atmósferas y Vapores contiene una serie de trabajos en donde la abstracción es la principal característica.

Conformada por más de una docena de lienzos de dimensiones considerables, el trabajo de este pintor muestra una fuerte influencia de pintores y tendencias de la pintura contemporánea, como son el sincronismo y el informalismo. Con gran libertad, Jaime Barrera da rienda suelta a una serie de pinturas que juegan con los colores, texturas y técnicas que dan como resultado obras interesantes; por ejemplo Atmósfera Siniestra y Atmósfera Naranja.

Las pinturas transmiten esta sensación de ser obras espontáneas, dirigidas únicamente por la pasión y el sentir del pintor. No parece haber planeación detallada, son simplemente sentires y pensamientos muy bien contenidos por la gran técnica del artista.

Pronto estaremos publicando la 2ª parte de estas pequeñas reseñas, en donde les platicaremos acerca de las exposiciones: Donde el tiempo no pasa de Otto Bauerle, Cerámica y Metal de Jesús Guerrero y Futuro Próximo / Pasado Remotor de Héctor de Anda

Fuentes: Chinan-pass