Homenaje al pintor Ermilo Torre Gamboa

Homenaje al pintor Ermilo Torre Gamboa

Un bastión del arte del siglo XX en la entidad

La historia de las artes visuales de Yucatán no puede escribirse sin la presencia de Ermilo Torre Gamboa. Prolífico y constante, dueño de una disciplina personal rigurosa, de un estilo personal académico y delicado, y con una trayectoria prolongada como pocas, es uno de los bastiones artísticos del siglo XX de nuestra entidad.

Hace un par de semanas, el Patronato Pro Historia Peninsular le rindió un emotivo homenaje que fue sumamente concurrido. Don Ermilo estuvo flanqueado por una mesa panel encabezada por la presidenta del patronato, Margarita Díaz Rubio, y en la que tomaron parte el pintor Fernando Palma, quien fue alumno del homenajeado; el pintor Jorge Ermilo Espinosa Torre —nieto del maestro Torre Gamboa— y el escritor Benjamín Emeterio Márquez.

En el acto se recordó su trayectoria, desde su infancia y sus inicios hasta su formación en México y Europa, la influencia de Rufino Tamayo, la amistad con Álvar Carrillo Gil, la influencia de Siqueiros. Se habló de su entrega al trabajo, de valores que le son inherentes como la generosidad y la apertura con alumnos y amigos, de su dinamismo personal, su curiosidad permanente, sus deseos de seguir pintando todos los días de su vida y, en suma, un espíritu joven que lo acompaña desde su nacimiento, hace 94 años.

Multipremiado

Medallas, premios e innumerables exposiciones han acompañado la trayectoria de Ermilo Torre. En 2011 una exposición llamada “Tres tiempos” reunió la obra de tres integrantes de la misma familia en las galerías del Peón Contreras: don Ermilo, su tío abuelo Juan Gamboa Guzmán y a Jorge Ermilo, su nieto, destacado igualmente entre los artistas de su generación, a quien ya mencionamos igualmente en este comentario.

En el catálogo de aquella exposición escribió Jorge Cortés Ancona que don Ermilo “… sí ha gozado el favor del público, sí ha sido solicitado para hacer retratos… como que algo ha cambiado en nuestra tierra en cien años. Ha sido uno de nuestros principales retratistas y podría hacerse un repaso de la vida yucateca a través de los rostros plasmados, provenientes de distintos ámbitos políticos, sociales y culturales”.

De igual manera, Roldán Peniche Barrera ha señalado la técnica depurada del maestro y ha escrito sobre la transformación temprana de su pintura hacia un estilo más libre y expresivo, enmarcado en su apego a la tradición académica.

Pero, sobre todo, ya Cortés Ancona mencionaba lo que pervive en la atmósfera cuando se coincide con el maestro Torre Gamboa: “Su nobleza de carácter es correlativa de la nobleza de su pintura”. Esto lo demostró con el obsequio inesperado a la asociación, del retrato de otro yucateco de excepción, padre de la presidenta: don José Díaz Bolio, con quien, dijo el veterano pintor, compartió una amistad entrañable. “Quién, sino Ermilo, agradece de esa manera”, se escuchó decir esa noche.

La paleta de la que han bebido las obras de Ermilo no excluye tonalidad alguna, aunque toda se filtra por el tamiz de su cuidadosa selección. Su original academicismo igualmente no le ha impedido acercarse a la abstracción, a la inclusión de objetos externos en sus lienzos —con lo cual también indaga en las vanguardias— o a llegar a composiciones simbólicas, de interesantes visos surrealistas, más metafísicos y filosóficos que experimentales.

Hoy, a sus 94 años, nuevamente muestra gran ilusión y alegría —de ésa que algunos jóvenes jamás han tenido— al invitar a la comunidad a una exposición extensa, que le dedicará el Museo Fernando García Ponce-Macay a mediados de 2019. Quizá en esta trayectoria vital que tanto reconocemos un paso crucial sería un proyecto editorial que abrazase su trayectoria, reconociera sus innegables aportaciones a nuestra historia visual y cultural y continuase un indispensable trabajo de documentación y registro de la vida cultural de nuestra entidad, que, no sin grandes y valiosos esfuerzos ya desarrollados, todavía se comienza a escribir.— María Teresa Mézquita Méndez para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán