Tormenta de caramelo
El sabor del caramelo de la infancia, el recuerdo de una tormenta inminente, la frescura del agua del lago, el color de un vestido hermoso, una recordada ilustración de libro de cuentos, la sensación del tacto, el olor y el sabor, todos se prestan como posibles puntos de partida para estas pinturas. Dianne Soffa utiliza el núcleo emocional de estas cosas, a veces aparentemente ordinarias. Es en este contexto emocional que la artista impulsa las opciones de color y el manejo de la pintura. Como desarrolla sus pinturas, a menudo predomina el color y puede ser, incluso, autorreferencial en la pieza acabada.
El proceso físico de la pintura está en exhibición viva en estas obras. Soffa constantemente experimenta con el color, empujando alternativamente caídas, quitando y haciendo más intenso el pigmento. Las áreas de color son a veces intencionalmente puestas en marcha para crear composiciones no estáticas. En otras ocasiones, el color y la línea de una pintura están anclados o, por el contrario, crean ingravidez o flotación.
Los cambios sutiles en el color son intrínsecos en estas piezas, como gestos repetitivos. Juntos, estos resultados de la composición son frágiles y no resueltos. Las superficies varían de más suave y más transparente a más gruesa, más profunda y con mayor saturación, incluso sensual. El paso del tiempo es importante en estas obras y la superficie de la pintura amplifica la calidad temporal de la pintura, así como la materia. La calidad gestual de la aplicación de la pintura subraya la fisicidad de la pintura misma, así como el trabajo físico básico necesario para producir esa pintura.
Desde pequeñas pinturas encáusticas, con gruesas superficies deliciosas, a pinturas de acrílico más grandes con lavados de color, Soffa utiliza el campo de color, pigmentos saturados y gestos repetitivos para ampliar el lenguaje del color y la pintura. La apertura de este enfoque abstracto y el vocabulario abstracto da un sin fin que resultados frescos en la tradición abstracta. Estas obras aprovechan la calidad espontánea de la pintura en cuanto al color, la temporalidad, los sentidos y la naturaleza sublime de la pintura misma.