Para celebrar la décima edición de la Noche Blanca, el Museo Fernando García Ponce-Macay nuevamente se sumó a las actividades artísticas y culturales siendo una de las 106 sedes que recibieron a grupos de amigos y familias que vivieron una velada de “arte a tope”.
Al abrirse las puertas del recinto, el público fue recibido para que paulatinamente ocuparan un asiento en el expoforo para disfrutar del primer evento de la noche, la obra de teatro “El Principito. Un viaje más” a cargo de la compañía Títere Planet.
Con las actuaciones de Yenny Ávila, Jesús Molina y Teo Flores, la pieza nos presentó a una mujer, que cansada de trabajar todo el día entre libros grandes y tener un jefe un “poco loco”, recibe la visita de un niño (El Principito) que le recuerda su infancia, la cual no está en otro planeta olvidado sino en el fondo del corazón.
Paralelamente en el jardín del museo, el departamento de Servicios Educativos interactuó con chicos y grandes en el taller de grabado. Echando a volar la imaginación y con la ayuda de trazos, tinta y rodillos, cada participante se pudo llevar a casa una pieza de arte.
De nueva cuenta en el expoforo, las luces se apagaron para iniciar la proyección de la cinta “Metrópolis” de Fritz Lang que en esta ocasión contó con la musicalización en vivo de la agrupación “Fonométrico”.
Los instrumentistas crearon una atmósfera de experimentación con ritmos como el funk, jazz, rock y blues, que dieron sentido nuevo a la película estrenada en 1927 y que narra como sería la sociedad del futuro y la división de clases en el año 2000.
Para cerrar la visita al museo durante la Noche Blanca, las salas que integran el actual ciclo de exposiciones temporales y permanentes estuvieron abiertas; espacios donde se aprecian las manifestaciones creativas de los artistas Julio Camil, Jeannette Betancourt, María José de Simón y Víctor Mora; además de descubrir el legado de tres pintores yucatecos: Fernando Castro Pacheco, Gabriel Ramírez Aznar y Fernando García Ponce.
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