En el Pasaje de la Revolución no se construyó todo

En el Pasaje de la Revolución no se construyó todo

“Hubiera sido más espectacular”

“No se llegó a hacer el proyecto completo. Hubiera sido más espectacular”, considera el arquitecto Guillermo Hülsz Piccone al referirse al diseño original del Pasaje de la Revolución, que el año pasado cumplió un siglo de realizado y construyó su bisabuelo Giacomo Piccone.

La obra contemplaba murales sobre la historia de México en un muro “ciego” de la Catedral y la instalación de jarrones con plantas, pero nada de esto se concretó.

Dos grupos de estructuras iban a rematar los arcos y tampoco se hicieron.

El proyecto original incluía vitrinas, ya que su naturaleza era la de un pasaje comercial. Si bien tampoco se hicieron, pervive una muestra de ellas, explicó el profesional capitalino, uno de los invitados de la nueva edición del programa Punto de Encuentro de la Fundación Cultural Macay, A.C.

Detalles de la historia, entrevistas a Giacomo Piccone y fotografías inéditas del constructor serán compartidas en la actividad “Pasaje de la Revolución: los pasos hacia el camino de la transformación”, que se realizará este viernes 22, a las 11 a.m., en el Museo Fernando García Ponce-Macay.

Se tratará de una charla-conversación con el maestro Hülsz Piccone, quien además de arquitecto es escritor, y el doctor Marco Díaz Güémez, historiador y profesor de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY).

Giacomo Piccone provenía de una familia de San Remo, Italia, que había sido constructora por generaciones, recuerda el bisnieto. El primer constructor de la familia fue Camilo Bernardo Piccone, tatarabuelo de Hülsz.

Giacomo fue el primero en estudiar Ingeniería, trabajó con su padre y construyó numerosos edificios y departamentos. También ejerció el periodismo, en “El pensamiento de San Remo”.

El constructor trabajó en Venecia y otras regiones de Italia en diferentes proyectos. Hacia 1909, cuando tenía 49 años de edad, decidió exiliarse en México. Fue invitado por el arquitecto italiano Adamo Boari, constructor del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, a intervenir en esta obra.

Cambio de planes

En el proyecto original, el Palacio de Bellas Artes se llamaba Teatro Nacional. En 1913 los trabajos se detuvieron y Giacomo se desplazó a Mérida para participar en las obras del pasaje.

Salvador Alvarado, gobernador de Yucatán, lo invitó a desarrollar el proyecto y la construcción en 1915 y tres años después se inauguró.

En la actividad del próximo viernes, Hülsz Piccone leerá algunos extractos de tres entrevistas que le hicieron a su bisabuelo en un periódico de la época, “La voz de la Revolución”, que se resguardaba en la Biblioteca Carlos R. Menéndez.

Asimismo, presentará fotos inéditas de Giacomo, como una tomada el día de la inauguración del Pasaje, en el que vestía traje blanco y elegante sombrero, imagen que fue encargada al fotógrafo Pedro Guerra.

Asimismo, recordará parte del discurso que leyó Antonio Mediz Bolio, encargado de Cultura, y diferentes aspectos de la obra y el proyecto original. La entrada al programa es gratuita.— Claudia Sierra Medina

Construcción

El arquitecto Guillermo Hülsz Piccone elogia el diseño del Pasaje de la Revolución.

Referencia

El profesional invita a los yucatecos a revalorizar esta construcción, ya que, en comparación de otros monumentos y edificios que han desaparecido para siempre, fue remozada, su memoria permanece y es punto de encuentro, de referencia histórica y arquitectónica, y espacio para la presentación de exposiciones que organiza el Museo Fernando García Ponce-Macay.

Orgullo

“El Pasaje de la Revolución es una obra admirable y un orgullo para la familia Piccone”, enfatiza el arquitecto.

Próximo libro


Hülsz Piccone ha llevado al cabo trabajo de investigación en Ciudad de México, Mérida y urbes de Italia durante diez años, cuyos resultados aparecen en el libro “Los Piccone, constructores de San Remo”. Ésta es una edición de familia y se tiene planes de convertirla en una publicación con mayor alcance.

Fuentes: Diario de Yucatán, Punto Medio