Los hijos de la Pachamama

Los hijos de la Pachamama

A partir del 26 de octubre el público podrá conocer en el Museo Macay, el trabajo fotográfico de Hugo Borges, artista yucateco que durante dos años viajó por Sudamérica, en específico a Argentina y Bolivia; de esta experiencia surge la muestra: Los hijos de la Pachamama. Pueblos originarios de Argentina y Bolivia.

Hugo Borges viaja a Buenos Aires (Argentina) en 2008 para estudiar la carrera de Fotografía Profesional en el Instituto Superior de Arte Fotográfico (ISAF). En enero del 2009 hace una colaboración con el fotógrafo argentino Alejandro Chaskielberg dentro de su producción fotográfica a gran formato llamada The High Tide. Hacia finales del mismo año, colabora como fotógrafo con el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, dentro del Departamento de Prensa y Comunicación.

Esta residencia le permitió recorrer los dos países y registrar, con su personal estilo, la vida de quienes son guardianes de dos culturas ancestrales. Su punto de partida, explica el artista, fue Buenos Aires, de donde tomó un tren hacia Tucumán y, de ahí, al norte pasando por Salta, su ruta del vino, por Jujuy y sus pintorescos pueblos custodiados por la quebrada del cerro de los siete colores. De ahí llegó a La Quiaca, frontera con Bolivia, y atravesó la frontera hacia Villazón.

“Seguí viajando y explorando, deteniéndome por días, incluso, y fotografiando, percibiendo e investigando sobre dos diferentes etnias de estas zonas, la Aymara y la Quechua. Ya en Bolivia, mejor conocida como el corazón de Sudamérica por su localización geográfica, las pude avistar de una mejor manera. El recorrido me llevó hacia el salar más grande del mundo, en Uyuni. Me encaminé hacia la ciudad de Potosí, tan visiblemente explotada por las grandes industrias mineras. Una mañana de mucho frio me dirigí hacia la capital boliviana, La Paz, magnífica ciudad indígena, donde la mayor parte de sus habitantes son Aymaras”.

De La Paz se trasladó a Copacabana, “ciudad pesquera a orillas del Lago Titicaca, el más alto del mundo. En ese lago se encuentra uno de los lugares más importantes y místicos del imperio boliviano: la Isla del Sol”. Ya de regreso a Buenos Aires presenció el festival boliviano, en honor a la virgen de Copacabana, “muy parecida al carnaval de La Diablada, que es representada en Oruro”.

La exposición recopila 30 imágenes: “es un documental que explora el resultado de más de 500 años de continua explotación por parte de los imperios del primer mundo. La desolación actual en la que viven a diario éstas ancestrales culturas es cada vez mayor, ya que los gobiernos neoliberales aún necesitan explotarlos para seguir subsistiendo”, considera el artista.

Fuentes: Yucatan Today