Arte que no conoce los límites

Arte que no conoce los límites

El trabajo en red adquiere nuevas dimensiones de la mano del artista argentino, Tomás Saraceno. Con una visión y entusiasmo que contagian, ha logrado despertar el interés de grupos de trabajo de Google, la Casa Blanca e incluso de la NASA, para dar vida a sus proyectos.

Arquitecto de profesión, no teme a desprenderse de pensamientos lineales y arraigados para experimentar a través del arte, desarrollando instalaciones “poéticas, metafóricas, mutantes y participativas”, donde las individualidades quedan totalmente fuera.

La confusión social, el caos y el crecimiento indiscriminado del espacio urbano, inspiran algunas de sus piezas donde aporta y plantea una realidad diferente, con ciudadanos conscientes de ser parte de un todo, capaces de confiar en la inteligencia del otro para conservar el equilibrio y funcionabilidad del espacio.

Los intereses creativos del artista se dejan habitar por la complejidad del pensamiento matemático con propuestas científicas que derriban los límites entre realidad y ficción.

Como buen observador se interesa en conocer el origen del universo. A partir de una lectura que relaciona el tema con las gotas de agua suspendidas en una telaraña, realiza una serie de experimentos e investigaciones con la ayuda de un grupo de aracnólogos y de la NASA para lograr escanear por primera vez en la historia, de manera tridimensional, precisamente telarañas, para reproducirlas a una escala lo suficientemente grande para ser estudiadas.

Desde junio de 2013, Tomás Saraceno presenta en el Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen de Alemania, In orbit, la instalación más grande que ha desarrollado hasta ahora. La construcción realizada principalmente de alambre de acero se extiende como telaraña sobre la cúpula de cristal del museo en tres niveles diferentes; sobre ella se encuentran seis esferas de 8.5 metros de diámetro, los visitantes tienen acceso a la instalación y pueden moverse entre ellas libremente, todas las acciones y movimientos que realizan de manera individual son percibidos a través de la vibración, de manera colectiva.

In orbit requirió un trabajo de tres años, en el que participó un equipo integrado por ingenieros, arquitectos, biólogos, entre otros. La red tiene un peso aproximado de 3 toneladas y la mayor de las esferas pesa 300 kilos.

La observación de la naturaleza y sus fenómenos son la base creativa, al igual que sus referencias histórico - artísticas que van de Julio Verne a la arquitectura americana y visionaria de Richard Buckminster Fuller.

In orbit junto con sus otras instalaciones forma parte del proyecto a gran escala Air-Port-City, una ciudad flotante del futuro, a la que el artista se refiere como “un sueño socialista y utópico, que responde a la creciente inhabitabilidad de la tierra, al crecimiento de la población en todo el mundo y a su dramática crisis ecológica”.

No hay información que señale que el trabajo de Saraceno tenga esta finalidad, pero en sus obras parece importante el comprender el universo para saber como relacionarse y actuar en él. En sus instalaciones, pese al aparente aislamiento de la realidad, el visitante puede experimentar la importancia de sus acciones y la repercusión que tienen sobre los otros, tal y como sucede en la vida cotidiana.-Aída Barrea Pino

Fuentes: Diario de Yucatán