¡Esos duendes! hechos trazo

¡Esos duendes! hechos trazo

Gran oportunidad para conocer la gráfica de Miró

“Se dice todo sobre Miró, se ha dicho todo, nada se ha dicho, nada se dice, se ha olvidado lo esencial, se ha olvidado todo. Aquéllos que pretenden haberse acercado a él, haberlo tocado, no pueden mostrar sobre su dedo el polen y la sangre, pruebas de que han rozado su infinito”.

Así se expresa el crítico y artista francés Georges Hugnet (1906-1974) en su texto “Joan Miró o la infancia del arte”, recogido por Lourdes Cirlot en su libro “Primeras vanguardias artísticas, textos y documentos” (Terramar, 2007). Más allá del lenguaje poético característico de Hugnet -amigo y colaborador de Miró-, Hugnet sugiere el misterio y la fantasía, ingredientes esenciales de la corriente surrealista en la que se sitúa al artista abstracto catalán.

En realidad, quien se acerque a la extensa exposición de obra gráfica de Joan Miró en elMacay no saldrá indiferente…

La exposición “Los duendes de Miró” que se encuentra abierta desde finales de abril en el Macay, en las salas 6 y 7, corresponde a una serie de litografías a color y en blanco y negro, además de aguafuertes, realizados en pequeño y mediano formatos. La serie está fechada por el artista (fallecido en 1983) entre 1971 y 1974 y corresponde a la edición que le hiciera la Fundación Miró de Barcelona. A su vez, esta colección exhibida reúne obra de varias series como “Barcelona”, “Les Essences de la Terre”, “Miró, maravillas con variaciones” y “Homenaje a Joan Prats”. El público podrá conocer obras en blanco y negro, poco frecuentes en el trabajo de Miró, más reconocido por el uso del color.

Miró había incursionado en la gráfica desde mucho tiempo atrás. Según la página de la Fundación Pilar i Joan Miró a Mallorca, el catalán inició varios proyectos gráficos de colaboración con otros artistas y escritores en la tercera década del siglo XX. Y en la hoja de sala de la exposición, firmada por la crítica de arte María Lluïsa Borrás, leemos que cuando se puso a grabar “Miró había cumplido los treinta y siete años, y ya era un pintor reconocido, con un lenguaje muy personal. Fue como empezar de nuevo y recorrer un largo camino entre el grabado al servicio de la figuración, y aquél que explora los pocos, pero suficientes recursos formales, con el fin de plasmar plásticamente las ideas renovadoras del arte de este siglo”. El título “Los duendes de Miró” tiene su origen en una anécdota y un comentario despectivo sobre el trabajo del catalán, de quien alguien expresó que pintaba “sólo duendes”, a lo que le respondieron: “sí, pero qué duendes”. En realidad, quien se acerque a la extensa exposición de obra gráfica de Joan Miró en el Macay no saldrá indiferente después de permitir a la mirada encontrarse -ya en blanco y negro, ya a color- con esa parafernalia tan libre, tan lúdica, de “duendes” hechos línea y signo y trazo. Los característicos elementos sígnicos del artista, tachas, guías de puntos, sutiles geometrismos, zonas de luz y de oscuridad, líneas que parecen ganchos o anzuelos o bien seres inauditos que hacen pensar en arlequines imposibles o rompecabezas inarmables, plenos de vitalidad, se desdoblan en más de 40 obras expuestas que rinden homenaje al artista, figura señera del arte del siglo XX. La misma Lourdes Cirlot lo recuerda: surrealista y libre, “el lenguaje mironiano está configurado por un corpus sígnico muy peculiar que otorga a cada una de sus realizaciones un carácter plenamente individual en relación con las obras efectuadas por otros surrealistas”. De Miró no hay mucho más qué decir. Su gran divulgación, su popularidad y su papel definitivo en las vanguardias hacen de esta exposición una gran oportunidad para conocer, a través de su obra gráfica, el trabajo de este artista que llevó a una expresiva síntesis las formas, figuras y colores.- María Teresa Mézquita Méndez

Fuentes: Diario de Yucatán