Lo transicional y fronterizo en la obra del yucateco
Lo transicional y fronterizo entre los objetos y las disciplinas; el proceso de reflexión que lleva la constante transdisciplinariedad; el camino imprevisto del objeto artístico y el metadiscurso que la pieza terminada alcanza más allá de sus autores fueron, entre otros, los temas de discusión que abordó el artista visual Emilio Said Charruf como parte de la mesa redonda “Investigar en el arte: procesos, límites y alcances”.
El viernes 23 y sábado 24 pasados, como parte del FICMaya 2015, se celebró la segunda edición del Encuentro Nacional de Investigación de Artes Visuales (Eniav) Yucatán, que tuvo como sede la Facultad de Arquitectura de la Uady, que alberga la Licenciatura en Artes Visuales.
El programa, que en dos días incluyó conferencias, mesas panel y una clínica dirigida a creadores visuales, concluyó la jornada matutina del viernes 23 con la mesa de discusión y análisis en la que tomaron parte el artista cubano Jorge Pardo y el yucateco Emilio Said, con la moderación de la mesa a cargo de Alberto Arceo, coordinador del encuentro.
Sobre el artista
Desde muy joven, Emilio Said ha estado presente en el Macay, tanto con varias muestras colectivas, fundamentalmente de grabado, como la colección “Gráfica contemporánea” (1995), así como en muestras que ha realizado el museo en espacios externos, una de ellas en el Salón de la Plástica Mexicana de la ciudad de México. Asimismo, ha sido invitado al museo a través de la Galería “Juan Martín”.
En 1998-1999 recibió una beca de jóvenes creadores del Fonca, resultado de la cual presentó la exposición “Simultánea”. En su propuesta artística ya abordaba varios niveles de representación, replanteamiento del uso de los materiales y alteración de los significados textuales de los objetos.
Esa inquietud, con su gran diversidad, parece seguir presente en las búsquedas de Emilio, cuyo diálogo con la Arquitectura se transparenta y evidencia. Como mencionamos al principio, su interés artístico se aproxima a lo transicional y fronterizo entre los objetos y las disciplinas, el diálogo de estas transiciones y, en suma, al camino muchas veces no planeado, que el objeto artístico puede recorrer en su definición, construcción y reconstrucción.
Uno de los ejemplos es el de un esquí que se encontró y que, tras emplearlo en primera instancia en una instalación objetual, luego incorporó tanto físicamente, segmentado, como en su representación y estructura visual a nuevos lenguajes: dibujo, gráfica, pintura automotriz sobre metal, ilustración de un sugerido catálogo de maquetas trasladadas a la pintura… No hay tránsito único pero el objeto puede ser exhibido fragmentado, replanteado y refigurado.
Del resultado de este proceso nació una serie a la que llamó “Arquitectura doméstica” y de la que también mostró dos pinturas que sugieren en su composición al diseño del “manual de instrucciones” de dos objetos de su entorno cotidiano, cuya silueta ha creado, dice Emilio, interrogantes entre sus espectadores. La pregunta, dice, es entonces: “¿Hasta dónde pueden llegar los límites de la pintura?”. Y no sólo eso, sino hasta dónde puede llegar la lectura externa de una obra, con todo lo ajeno al autor que puede ocurrir en torno a la pieza, una vez “terminada” por el artista y que alcanza, opina Emilio, un metadiscurso más allá de su creador.
El segundo ejemplo que presentó fue el del proyecto colectivo para intervenir la fachada de la galería meridana Frontground. El título del “Plan Mérida” recordaba el polémico encuentro de los presidentes Bush y Calderón en Mérida, que fue resignificado en ese evento a través de varias propuestas artísticas. La aportación de Said particularmente fue la colocación de un espectacular de tipografía transparente e iluminada, con el nombre “Plan Mérida” sobre el principal acceso al lugar. La pieza ironiza en torno a aquel fallido plan político internacional y reconoce “…como el verdadero Plan Mérida al de los artistas en colaboración”.
Otros temas incluidos en sus comentarios fueron tanto la necesidad de la investigación en artes visuales en Yucatán como la importancia de que hayan surgido en la región espacios independientes para la experimentación en artes visuales y que, aun de corta duración, son relevantes en su momento y luego “sanamente, desaparecen para ceder el turno a nuevas propuestas”.— María Teresa Mézquita Méndez, para “El Macay en la cultura”