Cherchez la femme… y trouver Mona Hatoum

Cherchez la femme… y trouver Mona Hatoum

De Medio Oriente para París, el arte de la instaladora

Mona Hatoum y Hasna Aitboulahcen, la creadora… y la suicida. Dos mujeres que tienen en común su origen medio oriental y la atribulada capital francesa. La primera, artista, escultora e instaladora, hace décadas que indaga en las fronteras del cuerpo humano y en los límites infinitos de la violencia, infiltrada en todo contexto humano.

Uno de sus proyectos fue la instalación de fotografía endoscópica “Corps étranger”: Concibió la idea de que el umbral de su naturaleza biológica podría vulnerarse en búsqueda de nuevas respuestas a viejas preguntas que repican en los temas irresueltos: feminismo, libertad, conflicto, intimidad, rebeldía, política, viaje, escape. Al traer al público aquello tan privado que hasta para ella era desconocido, el espectador asume la incertidumbre y el desasosiego como principales dividendos.

Este “Corps étranger” se presentó en 1994 en forma de videoinstalación, en la cual el visitante podía participar del “viaje” desde una estructura en forma de cabina, en la cual la imagen del vídeo realizado por endoscopia se proyectaba en el suelo.

Los testimonios presenciales hablan de claustrofobia, malestar e incomodidad en el espectador, por escuchar sonidos desconcertantes (latidos, vibraciones, fricciones magnificadas) y por “entrar” desde el vídeo al cuerpo de Mona.

La imagen muestra cómo la cámara microscópica se introduce en el cuerpo y llega al tracto digestivo. En el camino hay dientes, humedad, pelos, mucosas, papilas, surcos, superficies venosas, glándulas y espacios rosáceos no claros, así como lapsos de total oscuridad, todo acompañado por sonidos que asemejan a latidos y ritmos respiratorios. El vídeo se puede ver en https://www.youtube.com/watch?v=Qsci0WAd_Lk 

Si “Corps étranger” es quizá la más vehemente de las propuestas autobiográficas de Mona, sus instalaciones en las que agranda objetos de uso cotidiano tienen también un fuerte discurso. Algunos son estructuras construidas con alambres de púas, otras son piezas de vidrio rojo, émulo de la sangre y otros objetos cotidianos como un rallador de pan aumentado cien veces, al grado que al verlo de cerca incomoda por lo agresivas y peligrosas que parecen sus cuchillas, normalmente tan familiares y útiles. Son metáforas todas de la vida diaria donde el entorno doméstico se hace inhóspito y amenazador. Como colofón, una de sus piezas que se asienta pesadamente sobre el suelo: parece ser un collar gigante, o un rosario cristiano… o más bien un tasbih o masbaha, el hilo de semillas engarzadas que se usa para la oración musulmana.

¿El nombre de la obra? “Cuentas de preocupación”. Y cómo no: en lugar de cada cuenta hay una bala de cañón. Desde París, cherchez la femme y trouver Mona Hatoum.— María Teresa Mézquita Méndez para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán