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El tema helénico se dejó sentir en poesía y música
“Una fiesta de la Hélade famosa, una glorificación de los mitos inmortales que iluminan aún al mundo desde las cumbres clásicas de Grecia, desde el Olimpo y el Partenón: eso significó la velada inaugural del ‘Ateneo Peninsular’, celebrada en nuestro monumental ‘Peón Contreras’ el reciente 6 de enero, aniversario memorable de la fundación de esta muy noble y muy leal ciudad de los Montejos”.
Así comienza la crónica, firmada al pie del texto solamente por “X.X.” en la memoria editada por la Sociedad Ateneo Peninsular sobre sus festejos de apertura, referidos en la publicación con ornamentada y entusiasta prosa. Así se dejó constancia de lo presenciado por el público aquella noche de jueves en el Peón Contreras, que 10 días después sería la sede del I Congreso Feminista, del cual también hoy día se ha hecho eco en nuestra ciudad con celebraciones con motivo de su centenario.
El Ateneo Peninsular, como mencionamos en la entrega anterior, se inauguró en los primeros días de enero del año 1916 como un edificio destinado a abrigar diferentes disciplinas relacionadas con la cultura y la ciencia y a la enseñanza de algunas técnicas.
La elegante invitación extendida a los asistentes adjuntaba el programa artístico que se ofrecería. Los firmantes fueron los integrantes de la asociación, Calixto Maldonado R., Eduardo Urzaiz, Francisco Colomé, Ramón Beovide, José del Pozo, Antonio Pérez Ramírez, Manuel Sales Cepeda, Filiberto Romero, Francisco Gómez Rul, Óscar Ayuso O’Horibe y Álvaro Torre Díaz. Llama la atención una nota al final: “No se repartirán localidades. Los invitados ocuparán las que gusten conforme vayan llegando […] se ruega a los caballeros ocupen las lunetas, pues palcos y plateas son destinadas a las damas”.
En la función, en la que se presentaron números alegóricos de inspiración clásica grecolatina, ocupó un lugar preponderante el prolongado discurso del presidente del Ateneo Peninsular, Calixto Maldonado, cuyo texto apologético de la antigüedad grecolatina la hermanaba con el proyecto edificado y social cuyo arranque oficial se celebraba ese día: “Época divina en la que culto se rindió a lo bello”, leyó don Calixto, “… en la que el fuerte predilecto era, en la que dioses fueron la ciencia y la virtud, la belleza inmortal y la poesía…”.
“Si el Ateneo es un exponente de cultura, rasguemos el velo de la indiferencia [...] El ‘Ateneo Peninsular’, como dice en sus estatutos, quiere ser la casa de los hombres de estudio; allí pretenderá reunir a las inteligencias y en él habrá ambiente para todos”.
Además del discurso, en la primera parte del programa se escucharon poemas y canciones relacionadas con el tema helénico, obra de autores como Saint Saens, Mendelsson y Milk, interpretados por las señoritas Mercedes Casares Ortiz, Soledad Rendón, María Luisa Oramas y Esther Rendón y Peón. En la segunda parte, la orquesta ejecutó la obertura de la ópera cómica “Le roi l’a dit” de Leo Delibes y un grupo de actores interpretó la comedia “Como las flores” de Linares Rivas.
En la tercera, y como punto culminante, se representó el poema “Sinfonía helénica” de Antonio Mediz Bolio con música de Fausto Pinelo Río, dirección escénica de Francisco Gómez Rul y escenografía de Celis Cañizo.
En las imágenes se observa la gran asistencia del público al teatro Peón Contreras y la cuidadosa selección de vestuario y ambientación escénica que acompañaron a los participantes.
La prolongada obra en verso comenzó con una invocación a las musas “a la manera clásica” seguida de los segmentos “Jornada pastoril”, “Plegaria ante Apolo”, “Jornada heroica”, y al final el “Advenimiento de Minerva” y la “plegaria ante Minerva” que cierran el poema, y en sus puntos culminantes dice: “¡Eres tú la Verdad! ¡No detienen ni cadenas ni sombras tu marcha! ¡Sénos propicia, o fúlgida Minerva/ [...] Nosotros, en tu lauro y alabanza,/ de bronces y de mármoles un templo/ te hemos de alzar!”.— María Teresa Mézquita Méndez de para “El Macay en la cultura”
El Ateneo Peninsular se inauguró en los primeros días de enero del año 1916 como un edificio destinado a la cultura y la ciencia