La visionaria forma de llevar arte a la vida cotidiana de Fortunato Depero

La visionaria forma de llevar arte a la vida cotidiana de Fortunato Depero

Pese a las muchas tensiones moralistas y políticas en las que se vio envuelto en su momento, el Futurismo es sin duda uno de los movimientos artísticos más importantes e influyentes que se han gestado en Italia.

Con una producción que mutaba de una tendencia a otra y con sólo 21 años, Fortunato Depero (1892-1960) llega a Roma para presentar su primer libro. Ese año, durante sus procesos de investigación conoce a Giacomo Balla, uno de los fundadores del movimiento futurista. Su afinidad y la idea de trabajar juntos motivan a Depero a establecerse definitivamente en Roma; por su parte, Balla influye para que sea admitido oficialmente en el grupo futurista en 1914.

A pesar de pertenecer al grupo, sus ideas respecto al arte no deseaban limitarse a los ideales futuristas y el 11 de marzo de 1915 publican Riconstruzione Futurista dell ‘universo un manifiesto, que entre otros aportes, abre la posibilidad de llevar el arte fuera del campo tradicional permitiendo su incursión en las artes aplicadas.

Depero continua experimentando en técnicas y formas de expresión, sin apegarse fielmente a ningún modelo o estilo. Así interviene en el mundo del teatro, donde escribe y diseña influenciado por sus investigaciones futuristas y cubistas. Sus ideas no son fáciles, su brillante imaginación desemboca en creaciones incosteables, pero pese al fracaso en algunas producciones, esta etapa se convierte en detonante de sus primeros éxitos comerciales.

La Casa d’Arte Futurista Depero (Rovereto,1919) catapulta aún más sus visionarias ideas. Una especie de taller-fábrica donde un selecto grupo de artesanos bajo su dirección, se dedicaban a la producción de elementos decorativos y publicitarios. Durante esta etapa continúa participando en exposiciones y publicando importantes libros, como Depero Futurista 1913-1927, un libro, arte-objeto, que a nivel diseño cautiva a los dadaístas. Paginado con papeles de diversos gramajes y tonalidades, tipografías de diferentes estilos y tamaños que se integranen una maqueta de diferente forma en cada una de sus páginas, que permanecen unidas por dos grandes tuercas (imbullonato).

Su estilo, sus formas simplificadas y su aplicación abstracta del color, logran que su trabajo se adapte con éxito a la arquitectura, el diseño y la publicidad durante los siguientes años. Destacan sus proyectos de arquitectura efímera y publicitaria, y los pabellones tipográficos con los que busca tridimensionalizar la letra y la palabra. El trabajo publicitario que realizó para Campari, que lo llevo a publicar Numero Único Futurista Campari, 1931 y el Manifesto dell’ArtePubblicitaria Futurista, así como el diseño de la icónica botella de Campari Soda, referentes hasta la actualidad en diseño y publicidad.

En 1928, Depero viaja a Nueva York con la idea de conquistar la gran metrópoli, la cual idealiza como nueva capital del arte. Ahí se enfrenta a una sociedad opulenta y conoce y vive la miseria que esconde la ciudad. La guerra en Europa lo lleva de regreso a Rovereto, pero al concluir regresa a NY y experimenta el rechazo por las implicaciones políticas que el ser futurista representa. Se convierte en una de sus etapas más tristes y marca su regreso definitivo a Italia, en 1949. Fortunato Depero continuó vinculando el arte con la vida cotidiana a través de la estética futurista hasta el final de sus días.

Tras su restauración y reapertura en el 2009, la Casa d’Arte Futurista Depero se ha convertido en una de las sedes del museo MART de Rovereto y es el único museo futurista construido en Italia por uno de los protagonistas de este movimiento de vanguardia.-

Aída Barrera Pino

Fuentes: Diario de Yucatán