Un “dandi argentino y japonés” exhibe su obra

Un “dandi argentino y japonés” exhibe su obra

Un “dandi argentino y japonés”. Así fue como José de la Colina definió a Kazuya Sakai, creador polifacético y cosmopolita radicado en México durante poco más de una década, tiempo en el cual dejó una impronta cultural que en la actualidad comienza a ser aquilatada en todo su valor.

Hijo de inmigrantes japoneses, Sakai nació en Buenos Aires el primer día de octubre de 1927; contando con siete años de edad fue enviado a Japón, la tierra de sus ancestros, donde comenzó a recibir una educación tradicional japonesa. Posteriormente ingresó a la Universidad Waseda de Tokio, cursando en aquella casa de estudios la carrera de Filosofía y Letras. Finalizada la etapa escolar, en 1951 regresó a la capital porteña con el cargo de agregado cultural de la embajada japonesa en Argentina y laborando como profesor universitario, traductor y especialista en arte y literatura nipona. En ese mismo año incursionó de manera autodidacta en la pintura y comenzó a exponer en diversas galerías bonaerenses.

El crítico e historiador del arte Jorge Alberto Manrique señala el desarrollo de tres etapas en la obra plástica de Kazuya Sakai. En la primera de ellas, su pintura se manifestó con un carácter autobiográfico, aproximándose a diversas corrientes del arte europeo y norteamericano, fusionándolas con elementos propios de la estética japonesa, especialmente con el arte caligráfico. El action painting, el concretismo, el informalismo y el abstraccionismo gestual fueron las influencias más importantes de este período. La segunda etapa se inició en 1963, año en que viajó a Estados Unidos para organizar un par de exposiciones de su obra y decidió establecerse en Nueva York; ya no regresaría más a su natal Argentina. En la Gran Manzana entró en contacto con las tendencias plásticas en boga de aquel tiempo y en los círculos artísticos neoyorquinos, esto propició un cambio de dirección en la obra del maestro argentino-japonés. La “época de los pegotes” denominó Manrique a este período en el que su producción transita hacia una pintura con menos referencias personales. El empleo de elementos tomados de la realidad exterior al propio cuadro, como los recortes de revistas, lo emparentan lejanamente con el pop art. También en esta etapa comenzó a evidenciar la influencia del color field paiting (pintura de campos cromáticos) al incorporar a sus composiciones formas geométricas bien definidas y bandas de color.

Entre 1964 y 1965 Kazuya Sakai se incorporó como profesor investigador al Centro de Estudios Orientales de El Colegio de México y, más tarde, a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Estos años marcaron también una tercera etapa en su trayectoria plástica. Al llegar a México ya era reconocido como un artista visual de prestigio y, precisamente en este país, su obra fue más ampliamente apreciada y reconocida. Durante sus primeros años en México continuó realizando cuadros en los que incluía el uso de elementos tipográficos y recortes de revistas; sin embargo, el punto definitivo de ruptura en su producción se dio en 1967, año en que presentó su tercera exposición mexicana en los salones de la Galería Juan Martín.

En este período la pintura de Sakai se muestra plenamente desvinculada de las referencias autobiográficas (caligrafías orientales) y de los elementos externos (pegotes) para construir cuadros donde “lo geométrico campea definitivamente”. Las bandas cromáticas, las líneas paralelas, los fondos de colores definidos y fuertes, las referencias a la música de vanguardia, al jazz y la producción de series pictóricas son algunos de los elementos que definieron su obra a partir de entonces.

De 1971 a 1977, Sakai abandonó parcialmente su labor académica para dedicarse por entero a la plástica. Estos años corresponden también a su intensa labor dentro del equipo de redacción de “Plural”, revista cultural fundada y dirigida por Octavio Paz. Finalmente, en 1977 abandonó México para establecerse de nueva cuenta en los Estados Unidos, esta vez en el estado de Texas, donde laboró como profesor universitario hasta el año de su muerte, acaecida en Dallas en 2001.

Retrospectiva


El pasado 6 de octubre fue inaugurada en el Museo de Arte Moderno de Ciudad de México la exposición “Kazuya Sakai en México 1956-1977. Pintura. Diseño. Crítica. Música”. Se trata de la primera muestra retrospectiva de este artista que se presenta en nuestro país. A través de los cuatro núcleos temáticos en los que se articula la exposición, el visitante puede recorrer los ya enunciados momentos de la producción plástica de Sakai, desde los cuadros hechos durante su estancia neoyorquina (De Nueva York a México) hasta las series pictóricas de los años 70 (“Ondulaciones”) en las que se manifiesta plenamente el lenguaje plástico y estilo distintivos de su pintura (las soluciones geometrizantes, el uso de bandas y campos de color, alusiones a la música de vanguardia, etcétera.) Las otras dos secciones (Plural y Sakai y el geometrismo mexicano) dan cuenta de su labor como diseñador gráfico, crítico y curador de arte. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 12 de marzo de 2017.— Ángel E. Gutiérrez Romero para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán