Aidee De León: Motley-Pleasure

Una oscilación entre lo figurativo y lo abstracto.

Hace algunos años, Aidee De León fue una pintora realista; después comenzó a seleccionar sus temas descontextualizándolos del realismo: ahí aparecieron sus zapatos, a veces pintados, otras veces puestos directamente sobre el piso, es decir, apuntando al arte objetual. Pero después de estudiar en Barcelona y Buenos Aires, la autora dio un giro de 180 grados al penetrar en la pintura abstracta. ¿Del todo? No exactamente. Si se observa bien, en el abigarramiento iconográfico de sus telas, aparecen cosas que Aidee encuentra entre los vendedores ambulantes del centro histórico. Todo ello atravesado por distintos grados de abstracción, hasta el proceso gradual de su desvío de la semejanza. Dicho en otros términos, es la aglomeración y la yuxtaposición, más aquel desvío, lo que convierte a estos cuadros en estructuras abstractas, cuyo punto de partida es la metáfora del consumo, de la saturación industrial, a gran y pequeña escala, para recalar en imágenes que recuerdan a la naturaleza, a su anhelo, utópico aunque posible, en las oscilaciones del deseo, un deseo donde habita la nostalgia del paisaje. Todo colmado de variados y brillantes colores, coloraciones llevadas a su máxima exaltación.